La demanda de cobre está creciendo. Se espera que aumente hasta en un 50 por ciento solamente en los próximos 20 años, y este crecimiento forma parte de una tendencia más amplia. Tal como se señala en el informe del Banco Mundial de 2017, “The Growing Role of Minerals and Metals for a Low Carbon Future” (El creciente papel de los minerales y metales para un futuro bajo en carbono, en español) podríamos ver la demanda de metales, incluido el cobre, multiplicada por diez para 2050 a medida que el mundo avanza hacia un futuro energético con bajas emisiones de carbono.
Varias tendencias a largo plazo están impulsando en la actualidad el crecimiento de la demanda de cobre, y se espera que continúen haciéndolo en las próximas décadas. Estas tendencias incluyen el mayor uso de aparatos electrónicos por los consumidores, la mayor aceptación de los vehículos eléctricos (VE) y el mayor uso de fuentes de energía renovable y eficiencia energética; todas ellas necesitan cantidades importantes de cobre para funcionar.
¿Hay suficiente cobre para satisfacer esta creciente demanda? Actualmente se estima que las reservas mundiales de cobre ascienden a 830 millones de toneladas (US Geological Survey [USGS], 2019), y el consumo anual de cobre es de 28 millones de toneladas. Además, según los datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), desde 1950 siempre ha habido, en promedio, 40 años de reservas de cobre disponibles y más de 200 años de recursos, lo que incluye reservas, depósitos descubiertos y potencialmente rentables y depósitos previstos por descubrir en base a estudios geológicos preliminares. Estos recursos de cobre suman un total de 5.000 millones de toneladas (USGS, 2014 & 2017). Aparte de las reservas conocidas, cabe señalar que actualmente el 35 por ciento de la demanda se satisface con cobre reciclado, lo que reduce significativamente la necesidad de cobre extraído.
Así que los datos son claros. Hay suficiente cobre para satisfacer la demanda actual y futura, incluso al considerar el crecimiento previsto de la demanda de cobre en los años venideros. Si bien esto demuestra que habrá cobre para permitir el aumento de renovables y VE, usar el cobre para satisfacer esta demanda debe hacerse de forma sabia y eficiente. Para asegurarse de que sea así, se requerirá una inversión de la industria, además de certidumbre y estabilidad política.
La industria del cobre ya está invirtiendo de forma importante en innovación y soluciones sostenibles. En promedio, los miembros de la Copper Alliance® invierten en conjunto 20.000 millones de dólares al año para mejorar su contribución al desarrollo sostenible en áreas como la protección del medio ambiente y para garantizar la seguridad de sus operaciones. Sin embargo, esto no es suficiente por sí solo. Aunque es verdad que la industria puede, y debería, hacer más para asegurar que el cobre se extrae, usa y recicla de forma sustentable, también necesita que haya estabilidad política y un entorno regulatorio favorable para dicha inversión.
El cobre se encuentra en más de 20 países en el mundo, y los productores más grandes del mundo son Chile, Perú, China y Estados Unidos, según datos de 2017 del Grupo Internacional de Estudio sobre el Cobre (International Copper Study Group, ICSG por sus siglas en inglés). La extracción de cobre, por tanto, no depende de un país o región en particular, como sucede con otras materias primas. Esta diversidad se traduce en mayor estabilidad para el mercado del cobre y reduce el perfil de riesgo del cobre.
Sin embargo, la estabilidad de la producción de cobre en varias regiones necesita ir acompañada de una certidumbre y estabilidad política que permita las condiciones para que el cobre pueda ser extraído y procesado de manera eficiente y sostenible. Problemas como los procesos de tramitación de permisos, que suelen ser lentos para las minas existentes que desean expandirse para satisfacer la creciente demanda de cobre, podrían simplificarse todavía más y se beneficiarían de una mayor certidumbre política.
La certidumbre política y un marco de permisos estable también aseguran que la industria implemente y mantenga los estándares ambientales y el compromiso de la comunidad.
También deberían tomarse en cuenta el reciclaje y la economía circular al hablar sobre cómo satisfacer la futura demanda de cobre. En la actualidad el cobre se recicla a tasas importantes. El ICSG estima que, en 2016, casi el 30 por ciento del uso global de este metal procedió de cobre reciclado. Por su naturaleza, el cobre es un material circular ya que no pierde calidad cuando se reutiliza para otra función. No solo reciclar más cobre ayuda a satisfacer la demanda, sino que también hace que la industria sea incluso más sustentable y preserve más recursos naturales del planeta.
A pesar de tener tasas significativas de reciclaje, la industria del cobre puede hacer todavía más. Existe un potencial no explotado para que la industria aumente el reciclaje. Esta es una oportunidad económica que la industria debe aprovechar para sostener sus propias operaciones pero además para crear una economía más sustentable a largo plazo.
Si bien la tasa significativa de reciclaje del cobre y el potencial de reciclar aún más de la industria del cobre es impresionante, el reciclaje por sí solo no será suficiente para satisfacer la demanda y asegurar un suministro estable de cobre. Será necesario continuar extrayendo nuevo cobre. La solución para satisfacer la creciente demanda de manera sostenible es una combinación de los dos: un marco de minería eficiente y sustentable con estándares ambientales adecuados y altas tasas de reciclaje para aprovechar al máximo el cobre que ya está en el mercado.
Incluso a medida que la demanda sigue aumentado debido a las tendencias de la industria y de los consumidores, el suministro estable de cobre perdurará. Sin embargo, cómo se usa y extrae este suministro de cobre todavía depende de otros factores. Para mantener este suministro estable de una manera eficiente y sustentable, debe haber una inversión de la industria y la estabilidad política necesaria para permitir que ocurra esa inversión. Esto no significa que no se necesiten mayores tasas de reciclaje y una industria mas circular. Ambos componentes son vitales para la estabilidad y la sostenibilidad de la industria a largo plazo. Debemos adoptar un enfoque holístico respecto a estos temas para garantizar una industria del cobre viable y responsable durante muchos años.